Lanzarote en Furgo

¡Bienvenidos a una nueva aventura sobre ruedas! Hoy nos lanzamos a explorar Lanzarote, esa isla volcánica donde cada kilómetro es un nuevo descubrimiento. Recorrerla en furgo es la forma perfecta de conectar con sus paisajes únicos, desde playas de arena negra hasta campos de lava que parecen de otro planeta. Prepárate para vivir una experiencia auténtica, libre y a tu ritmo, donde cada parada es un rincón por descubrir y cada amanecer, una postal. ¡Acompáñanos en este viaje en furgo por el corazón de Lanzarote!

Día 1. Playa Honda – Arrieta

Llegamos a Lanzarote, isla que, junto a La Graciosa, se encuentra ubicada lo más al Este del Archipiélago Canario. Pertenece al conjunto de islas de la provincia de Las Palmas.

Cómo llegar desde Tenerife

Ali lo hizo en avión y yo en barco desde Tenerife, que, por cierto, os recomiendo una cajita de “biodramina” en la mochila, que nunca se sabe.

Ruta desde Tenerife hasta Lanzarote.
© ALMAdeNÓMADA

Para venir desde Tenerife, escogí la compañía Fred Olsen. La ruta que hice fue una ruta bastante larga, pero a la vez bonita, ya que pasas por Gran Canaria, cruzando desde Agaete a Las Palmas de Gran Canaria y Fuerteventura de sur a norte, desde Morro Jable hasta Corralejo.

El trayecto en total se lleva un poquito más de medio día. Salí a las 6 de la mañana y llegué a Lanzarote, a Playa Blanca en el sur de la isla, a las 17h.

Primeras horas en Lanzarote

Nada más llegar, lo primero que hice fue ir a recoger a Ali, que estaba esperando en un restaurante en Playa Honda. Y ya que estaba en un restaurante, aprovechamos para comer algo, que el viaje había sido movidito y necesitaba meterle algo al cuerpo.

Restaurante GoliathTerraza – Comida para llevar – lanzarote – Pide en línea

Ahora sí, después de comer, pusimos rumbo hacia el norte de la isla.

Atravesamos Arrecife, su capital. Por el camino vimos el Barco Telamón encallado junto a una playa, lo que hizo que nos llamase la atención y decidimos parar a observarlo.

© ALMAdeNÓMADA

Allí disfrutamos del primer baño en Lanzarote, donde pudimos hacer fotos con la GoPro y un domo, intentando sacar esas fotos de “influencer” que llaman tanto la atención. Tras el baño y unos cuantos intentos de sacar la mejor foto, pusimos rumbo hacia Punta Mujeres, lugar que nos habían recomendado.

Sin duda, lo que tiene la Vanlife, es que de repente encuentras algo en el camino y tienes esa libertad de frenar, descubrir y quedarte a dormir en sitios que no esperabas o no tenías planeado. Y así fue, de camino, comenzamos a ver desde la carretera muchas furgonetas y caravanas aparcadas, y de fondo música que invitaba a parar y curiosear cuanto menos. Así que decidimos salir de la ruta sobre la marcha y aparcar junto al resto de furgos.

¡Parecía que nos estaban esperando! Conseguimos un hueco en primera línea de playa.

Este lugar es Arrieta, localidad del municipio de Haría. Se celebraban sus tradicionales fiestas del Carmen, que ese día contaba con una VanLife Party y ¡nosotros sin saberlo!. Además, el día estuvo repleto de actividades como campeonato de skate y exhibición de volley playa y como no podía ser de otra manera, su verbena popular, donde lo pasamos muy bien bailando y riendo.

Al caer la noche, volvimos a nuestro hogar sobre ruedas. Nos hicimos la cena frente al mar y nos fuimos a dormir, que al día siguiente, tocaba madrugar.


Día 2. Arrieta – Haría

Los Jameos del Agua

Amaneció en la playa. Recogimos todo y salimos hacia los Jameos del Agua, lugar de indispensable paso en Lanzarote.

© ALMAdeNÓMADA

César Manrique fue creador de este lugar, lugar en el que se une el hombre con la naturaleza en perfecta armonía, y cuya unión, se hace presente y notorio en este espacio. Este espacio llama a la reflexión y que, a su vez, demuestra que otro modo de proceder es posible, utilizando y a su vez conservando lo que nos rodea.

Algunos dicen que Lanzarote no sería como es hoy en día sin la labor y el empeño de César Manrique, y es cierto que, entre otras cosas, nos llamó la atención la arquitectura lanzaroteña o “conejera”. Mantiene el blanco como color principal con toques azules, verdes o marrones para las carpinterías, lo cual contrasta de forma llamativa y singular con la piedra negra de esta isla.

De los Jameos del Agua, continuamos carretera norte hasta Órzola, y casi sin bajarnos del furgón decidimos subir al Mirador del Río, el cual estaba totalmente cubierto por nubes y no pudimos visitar.

Bajamos atravesando una pista de tierra que bordea el Volcán de la Corona en dirección Haría, donde fuimos a comer y donde sin saberlo, justo al lado, se encontraba nuestra casa rural.

Haría

En Haría nos hospedamos una noche en la Casa Rural Villa Lola y Juan. A 2 min de esta casa rural hay un parking gratuito de tierra, donde dejar el vehículo. Esta casa es de estilo antiguo pero muy bien cuidada y decorada. Dispone de piscina, jardín con plantas y flores del lugar además de terraza en cada villa.

Haría es un pueblo muy tranquilo, prácticamente sin ruido, con lo que, si os alojáis en él, conseguiréis descansar muy bien.

El bar/restaurante al que fuimos fue Bar Folelé, muy recomendable también y a 3min andando desde la casa rural. Buena comida y precio normal.

Punta Mujeres

Por la tarde decidimos dar un paseo por Punta Mujeres, a escasos 15min en coche desde Haría. Nos saltamos este pueblo en la ida hacia el norte, y es que también nos recomendaron visitarlo. Allí vimos la curiosa y alegre Casa Carmelina.


Día 3. La Graciosa

Salimos hacia Órzola, porque desde allí subimos a un ferry que nos llevó hasta la isla de La Graciosa, cuyo trayecto no duró más de 30min.

© ALMAdeNÓMADA

Sin duda es una joya escondida, con playas vírgenes de arena blanca y aguas turquesas. Además, Caleta del Sebo es una localidad la cual representa el principal núcleo de población de La Graciosa. Tiene su atractivo en calles sin asfaltar, en su paisaje árido, en la calma que se respira. Sin tráfico agobiante, sin masificar. Gente local y turistas.


Aquí dimos una vuelta a pie recorriendo las calles de esta localidad. Paramos a comer en Cafetería El Veril. La verdad que comimos muy bien, con la playa a escasos metros y de fondo los acantilados del norte de la isla de Lanzarote.

Tras el café, decidimos alquilar transporte 4×4 para recorrer el sur de la isla (nos salió por 20€ dos personas e ida y vuelta) y acabamos en Playa Francesa, que como decía al principio, tiene arena blanca y aguas turquesas. Aquí disfrutamos de un buen bañito y aprovechamos para hacer snorkel.


Ya por la tarde volvimos de nuevo a Caleta del Sebo. Heladito y vuelta hacia Órzola, ya que, si no te alojas en viviendas vacacionales, el último ferry sale a las 18:30h.

Al llegar a Órzola, pusimos rumbo a Caleta de Famara. Allí paramos para cenar, editar y donde pasamos la noche, puesto que queríamos disfrutar de sus playas a la mañana siguiente.

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Día 4. Famara

Comenzamos el día en Famara. Desayunamos y fuimos a la playa.

Es una locura esta playa. Es extensa, de arena dorada y grandes acantilados. Es ideal para la gente que va a hacer deportes de agua del tipo surf, kitesurf, windsurf…

Esa mañana tuvimos la suerte que no había mucha gente, a pesar de ser una de las playas más famosas de Lanzarote (si no la más). Allí estaba dando clases de surf un buen amigo, Iván, de la escuela de surf @vidasurfschool , con quien a mediodía fuimos a comer al Teleclub de Muñique.

(Si tenéis pensado hacer surf en Famara, no dudéis en contactar con @ivan__mm_ )

A la vuelta hacia el Hotel Rural La Florida, donde nos alojamos esa noche, paramos en la Casa Museo del Campesino. Tras la visita llegamos al Hotel. Está genial, en una zona tranquila, con viñedos alrededor.

Antes del ocaso, salimos hacia Arrecife, capital de Lanzarote. Allí paseamos por el Charco de San Gines, zona que alberga muchos bares y restaurantes, y visitamos también el Castillo de San Gabriel. Decidimos cenar frente al Charco de San Ginés en uno de esos bares y para el postre, heladito, antes de volver al hotel a descansar.


Día 5. Parque Nacional de Timanfaya

Arrancamos por la mañana con un día soleado y con muchos lugares que visitar.

La primera parada la hicimos en Las Grietas. En concreto, nosotros fuimos a la Grieta principal del Volcán Montaña Blanca. La verdad que la formación rocosa impresiona. Es un pasillo estrecho en algunos puntos y corto en recorrido pero con formas muy llamativas y fotografiables.

De aquí partimos hacia el Parque Nacional de Timanfaya, donde visitamos el Centro Cultural y Turístico de Las Montañas del Fuego, en pleno corazón de Timanfaya.

Montamos en la guagua que hace la Ruta de los Volcanes, y mientras vas en carretera, una locución comenta todo lo que a nuestro paso se va viendo. Este recorrido es de 30min. Una vez bajamos de la guagua, fuimos a ver una parte muy llamativa del Parque, y es la zona donde vierten agua y ésta sale en ebullición disparada unos cuantos metros a modo de géiser, e incluso vimos una zona en la que la piedra está tan caliente, que, al acercar vegetación seca, ésta arde de inmediato al introducirla a escasos metros de profundidad.

Géiser en el Parque Nacional de Timanfaya. © ALMAdeNÓMADA

Acabada la visita a Timanfaya, decidimos comer en Yaiza, situado en la zona sur de la isla.

Fuimos a @cafeantiguaescuela donde comimos genial y nos atendieron de maravilla, muy recomendable.

Ya a la tarde, recorrimos la costa oeste desde El Golfo, pasando por el Charco Verde de los Clicos hasta Montaña Bermeja. La carretera hasta Playa del Janubio se encontraba cortada, por lo que dimos la vuelta y nos fuimos a la Playa de Papagayo, donde pasamos la noche frente al Atlántico en la furgo.

Ali con la Viejita cruzando Lanzarote. © ALMAdeNÓMADA

Día 6. Playa de Papagayo y de la Cera

Amaneció en la Playa de Papagayo. Particularmente me enamoró la Playa de la Cera, justo al lado, ya que la Playa de Papagayo estaba demasiado masificada.

Bajamos sobre las 9 de la mañana y fue una gozada. No había nadie. Una playa para nosotros solos. Agua cristalina teñida de azul turquesa, arena blanca mezclada con toques dorados, olor a salitre y de fondo, tan solo el sonido de las olas.

Aproveché para darme un baño, que para lo friolero que soy, no estaba para nada fría (o quizá ya me haya acostumbrado a estas aguas). Antes de que llegase la gente, pudimos hacer fotos, que desde la vista del dron siempre quedan más impactantes y bonicas.

De aquí fuimos hasta Playa Blanca, donde alquilamos un apartahotel en “Palmeras Garden” y aquí nos quedamos una noche. Este día, decidimos pasarlo de chill.

A la mañana siguiente, decidimos poner rumbo a la zona la cual iba a ser nuestro último spot antes de finalizar las vacaciones. Fuimos a Playa Honda a comer, donde por una de esas casualidades de la vida o destino, coincidimos con una amiga y vecina de Alex de la infancia, Rocío, su pareja y unos amigos. La verdad que no esperaba para nada ver a nadie de mi pueblo de origen por la isla, y menos comer en el mismo sitio y el mismo día. En fin, cosas del destino.

Ya por la tarde fuimos a la feria y a las fiestas de Puerto del Carmen. Estaba repleto de gente, pues además de ambiente festivo, había una feria, actividades locales y su tradicional Gala Drag Queen.

Ali en la feria de Puerto del Carmen. © ALMAdeNÓMADA

Aquí finaliza este recorrido por la isla de Lanzarote. Isla que sin ninguna duda nos gustó mucho y nos sorprendió para bien. Volveremos para descubrir aquellos rincones que nos quedaron por visitar.

Hasta pronto Lanzarote.

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